Un abrazo de lucha

Rocío Peña es de aquellas artistas que no se encuentran en cualquier lugar, una propuesta directa,
cargada de historia y respeto, de fuerza e intención. Su penetrante voz toma prestada la energía del
ambiente, de su vibración, y la canaliza a través de su música. Con cada verso y cada estrofa tiene la
capacidad de transportarte a todos esos recónditos lugares escondidos en nuestra mente;
desaparecidos de nuestra vista, pero siempre presentes en nuestro interior, esperando el estímulo
necesario para explotar e inundar el entorno.
Una cálida esencialidad se transmite en la suave melodía con la que su música desborda el espacio y la
habitación; cálido es el mensaje, cálida es su presencia. Actuando como una sabia consejera que habla
desde sus adentros, desde la lucha y la vida; desde nuestros orígenes, como seres humanos bondadosos
y sinceros. Casi como si, desde su música, llena de esperanza y orgullo, entienda e intente doblegar esa
coraza construida por las personas y los deje expuestos a lo que son: seres vivos iguales a cualquier otro
de los que habitan este planeta, seres que vinieron a compartir con el resto, a mirarse a los ojos con
sinceridad y ser capaces de expresarse desde adentro, desde sus corazones.
Una voz que detiene el tiempo, difícil de asimilar; potente, imponente y melodiosa; con poderosa como
el único adjetivo capaz de reunir todos los atributos de tal canto; canto que nos invita a liberarnos de
nuestras ataduras, ser felices y avanzar.
En su música se siente el fervor de la sangre palpitante, el vigor de la vida y el poder de la conciencia. El
recorrido es vertiginoso, y avanza con gran versatilidad, la melodía se transforma en un reflejo de su

vida y sus experiencias, las que se oyen con cada nota y cada estrofa de sus canciones; acompañada
siempre de su guitarra y un ukelele con el que pinta en el aire los acordes que sirven de
acompañamiento mientras nos entrega su mensaje, adornado con diversos accesorios de percusión
menor, cascabeles y semillas que regalan tintes musicales únicos y son parte importante en crear esa
atmósfera especial que se genera cuando Rocío Peña ocupa el escenario y comienza a cantar.
Un cálido abrazo que rodea a cada una de las personas a su alrededor, un abrazo que invita a continuar
la lucha y el camino, a seguir hacia adelante con la cabeza en alto, siempre seguros de lo que somos y de
lo que somos capaces. El regalo que nos hace Rocío Peña con su arte es algo indescriptible; son pocas las
ocasiones en que se encuentra un relajo tan grande al oír música, casi hipnotizante; son contadas con la
mano aquellas ocasiones en las que, de manera literal, una canción puede devolverte a tu hogar, al
confort de una estufa encendida, junto a la suave melodía de la lluvia al chocar con la ventana, con la
naturaleza como compañera y el viento de guía.
A continuación, los dejo con La Muerte, su último sencillo, del año 2019. Un mensaje de fuerza, de
crecimiento y entendimiento de una vida que está aquí, que se desarrolla a cada segundo y de la que
somos parte. La vida y la muerte son parte del mismo viaje y Rocío Peña nos guía con su voz.

Que lo disfruten.

ROCIO PEÑA

Un abrazo de lucha

Rocío Peña es de aquellas artistas que no se encuentran en cualquier lugar, una propuesta directa,
cargada de historia y respeto, de fuerza e intención. Su penetrante voz toma prestada la energía del
ambiente, de su vibración, y la canaliza a través de su música. Con cada verso y cada estrofa tiene la
capacidad de transportarte a todos esos recónditos lugares escondidos en nuestra mente;
desaparecidos de nuestra vista, pero siempre presentes en nuestro interior, esperando el estímulo
necesario para explotar e inundar el entorno.
Una cálida esencialidad se transmite en la suave melodía con la que su música desborda el espacio y la
habitación; cálido es el mensaje, cálida es su presencia. Actuando como una sabia consejera que habla
desde sus adentros, desde la lucha y la vida; desde nuestros orígenes, como seres humanos bondadosos
y sinceros. Casi como si, desde su música, llena de esperanza y orgullo, entienda e intente doblegar esa
coraza construida por las personas y los deje expuestos a lo que son: seres vivos iguales a cualquier otro
de los que habitan este planeta, seres que vinieron a compartir con el resto, a mirarse a los ojos con
sinceridad y ser capaces de expresarse desde adentro, desde sus corazones.
Una voz que detiene el tiempo, difícil de asimilar; potente, imponente y melodiosa; con poderosa como
el único adjetivo capaz de reunir todos los atributos de tal canto; canto que nos invita a liberarnos de
nuestras ataduras, ser felices y avanzar.
En su música se siente el fervor de la sangre palpitante, el vigor de la vida y el poder de la conciencia. El
recorrido es vertiginoso, y avanza con gran versatilidad, la melodía se transforma en un reflejo de su

vida y sus experiencias, las que se oyen con cada nota y cada estrofa de sus canciones; acompañada
siempre de su guitarra y un ukelele con el que pinta en el aire los acordes que sirven de
acompañamiento mientras nos entrega su mensaje, adornado con diversos accesorios de percusión
menor, cascabeles y semillas que regalan tintes musicales únicos y son parte importante en crear esa
atmósfera especial que se genera cuando Rocío Peña ocupa el escenario y comienza a cantar.
Un cálido abrazo que rodea a cada una de las personas a su alrededor, un abrazo que invita a continuar
la lucha y el camino, a seguir hacia adelante con la cabeza en alto, siempre seguros de lo que somos y de
lo que somos capaces. El regalo que nos hace Rocío Peña con su arte es algo indescriptible; son pocas las
ocasiones en que se encuentra un relajo tan grande al oír música, casi hipnotizante; son contadas con la
mano aquellas ocasiones en las que, de manera literal, una canción puede devolverte a tu hogar, al
confort de una estufa encendida, junto a la suave melodía de la lluvia al chocar con la ventana, con la
naturaleza como compañera y el viento de guía.
A continuación, los dejo con La Muerte, su último sencillo, del año 2019. Un mensaje de fuerza, de
crecimiento y entendimiento de una vida que está aquí, que se desarrolla a cada segundo y de la que
somos parte. La vida y la muerte son parte del mismo viaje y Rocío Peña nos guía con su voz.

Que lo disfruten.

ROCIO PEÑA