OSCURIDAD

Desconocidos páramos de la vida y la existencia

Sentía el crujir en mis pies, cada paso arrastraba un material indistinguible en el suelo, que llevaba ya un
tiempo acompañando mi avanzar; espero sea arena o algo similar, a estas alturas, puedo esperar
cualquier cosa. No podía distinguir mucho de mi entorno, la oscuridad se adueñó de aquel lugar hace al
menos unas dos horas, un camino largo y recto, sin aparente final y con un extenso tramo intermedio
que llevaba un buen tiempo jugando con mis sentidos. Transformando lo que había planeado como un
simple paseo en un tortuoso caminar sin rumbo, esperando que la poca energía que me iba quedando
me alcanzara para llegar al otro lado y al fin tener algo de ayuda.
La oscuridad reinante en aquel lugar no era muy alentadora que digamos, de momentos no sabía si me
encontraba caminando por un pasillo estrecho o una amplia estructura, la que permitía que mi cuerpo
pasara con cierta comodidad entre los muros que delimitaban mi avanzar; muros que parecían estar
cubiertos de musgo o algo por el estilo, toque en momentos una suave capa que cubría las paredes a mi
alrededor o al menos lo que alcanzaba a distinguir con el tacto, tenían un olor peculiar, creo que era la
primera vez que sentía una esencia de ese tipo. Intente buscar en mis recuerdos, pero no había nada
parecido. No sé exactamente que era, sin embargo, al pasar mi mano a través de aquella suave
estructura natural me comunico algo de calma y tranquilidad, el olor característico de un organismo que
está vivo sació mis instintos y amainó mis miedos. En fin, estaba perdido y debía asumirlo. A lo largo de
unas cuantas horas caminando sin saber realmente hacia donde iba ya estaba perdiendo la paciencia y,
hasta cierto punto, la cordura. Con cada paso mi dolor se acentuaba, una estrepitosa caída de unos
cuantos metros de altura se había encargado de dejar mi pierna casi inutilizable y con claros signos de
fractura; sin ser médico podía darme cuenta que algo no andaba bien y mi incapacidad de apoyar mi pie
izquierdo debidamente me daban la completa afirmación sobre mi diagnóstico. Estoy jodido. Era de día
cuando ingrese a esta especie de cueva, a estas alturas ya no sabía qué hora marcaba el reloj,
desconocía si ya era de día o de noche y si realmente iba a poder salir de aquel lugar. A estas alturas solo
sabía que estaba vivo aun, que podía seguir caminando a duras penas y que, si me rendía, este podría
ser mi fin.
Después de encontrar una pequeña paz en mi interior, continué arrastrándome a duras penas, en línea
recta y sin mirar atrás, el dolor en mi pierna me perseguía y me invitaba en cada momento a dejarme
caer, rendido, y esperar que todo se solucionara si me recostaba un momento en el suelo. Quizás esa es
una de las soluciones que he usado durante toda mi vida y el karma simplemente me está jugando una
mala pasada, entretenida para él, claro, pero que por mi lado, me tiene al borde de la desesperación y la
locura; ungido en un dolor que no se va y que debo acarrear por un buen rato más, atormentado por mi
mente que no logro silenciar y que, con cada paso, encuentra motivos por los que debería dejar de
intentar hacer algo por mi vida y dejarme abrazar por el profundo sueño…
Algo aburrido de la caminata constante, sin retribución y sin esperanzas, no encontré mejor idea que,
finalmente, dejarme caer y descansar un momento. Todo se estaba volviendo insostenible para mí y
toda la fuerza mental que sostuve en un momento la agoté al alimentar mi cuerpo para poder ser capaz
de avanzar, lentamente, pero avanzar. La verdad es que no sabía si realmente existía una salida del otro
lado, mi camino se había extendido más de la cuenta y las horas, que probablemente había estado
caminando lograron hacerme flaquear…
Sumido en la desesperanza, la oscuridad que hace unos momentos ennegrecía todo se había
apaciguado, no estaba seguro si realmente se estaba aclarándo mi alrededor o mis ojos se habían
acostumbrado ya a estar adentrados en la oscuridad máxima, la penumbra se hacía notar y era
inevitable no percibir una pesadez en el aire; pareciese que la gravedad aumentase o algo por el estilo,

no sabría describirlo, aunque si note que al menos mi pierna ya no dolía y el cansancio y exhausto se
habían ido. Buenas noticias, pensé, tal vez iba a ser capaz de continuar mi camino. Una pequeña luz se
distinguía a lo lejos, irradiaba una sensación agradable y me parecía que estaba indicando el camino de
salida. Me decido a avanzar, me esfuerzo por ponerme de pie, ya no es tan difícil como antes, comienzo
a caminar reuniendo las energías que creí perdidas por un instante, siento que puedo lograrlo. Con cada
movimiento distingo más mi alrededor y cada paso me llena de fuerza para dar uno más hacia adelante,
siento el brío en mi cuerpo y ocupo mis últimas fuerzas para alcanzar esta luminiscencia que se erige
desde el fondo. Me acerco a duras penas, la alcanzo y la toco. Lo logré.