REALIDAD CONSCIENTE

Caras de una moneda infinita

¿QuÉ sientes cuando vives?, ¿qué sientes cuándo piensas? La retórica de la vida se construye paso a
paso y a cada momento en el que tu mente forma parte del vasto mundo que se erige a tu alrededor y
se materializa frente a ti. El lienzo infinito de experiencias se tiñe con el color de tu sangre y tu vida
mientras la experimentas en cada segundo, dotando de variados tintes el blanco de la consciencia
inconsciente y agregando diferentes tonalidades en diversas escalas de colores a la vasta extensión sin
fin que representa tu mente y tu conciencia. Siempre en transformación y constante mutación; todo se
rige desde el propio pensamiento y el sentir interno, decretando cada intención con la certeza de que
sucederá y la confianza de alcanzar los anhelos otrora esquivos en una vida llena de altos y bajos;
dictados en su mayoría por la inconsistencia del pensamiento y la indecisión al momento de actuar y
escoger, esperando que de alguna u otra forma, todo se engrane de la manera perfecta alrededor y sea
siempre beneficioso para nuestra percepción más inmediata de la realidad conocida.
Si bien, estamos en lo cierto al entender y creer que todo es parte de un equilibrio superior, interior, y
exterior perfecto, no podemos caer en la trampa que reside en dejarnos llevar por la corriente y la masa
estipulada, sin poner de nuestra parte y nuestras energías en el direccionamiento correcto de la vida y el
camino que, si bien está delimitado, no está completamente construido; depende de nosotros aportar
con los componentes esenciales que permitan el avanzar claro hacia donde pensamos y esperamos
llegar. No todo se construye por arte de magia, no todo es un truco cósmico sustentado en sincronías
constantes y mensajes subliminales en el andar; los hilos del universo no se mueven solos y el
direccionamiento correcto del enfoque depende de la energía que cada uno ponga y destine para sí en
el diario vivir y las acciones que realizamos en todo momento. Solo de nosotros depende la respuesta
sobre si seremos o no capaces de lograr y alcanzar nuestros objetivos, aprovechar la vida que tenemos
enfrente y construir sobre bases sólidas el anclaje de nuestro destino.

La constante se mantiene en el tiempo, eres tu avanzando sin un rumbo establecido, fusionado con el
todo y consciente de la inmensidad del universo eterno, concentrado en cada partícula de tu cuerpo y
cada átomo que, indivisible, se encuentra dentro de tu organismo; ínfimo e imperceptible. Tal y como
un torbellino interminable, todo sucede a tu alrededor a velocidades que a simple vista ningún ser
humano es capaz de identificar y apropiar como parte de su propia visión de mundo, una realidad
esquiva que solo se muestra cuando gusta y entrega los mensajes clave en los momentos menos
pensados y, posiblemente, perceptibles, en el intercambio energético constante que significa estar vivo
y ser parte del plano en el que estamos transmutando nuestra energía de forma previa al salto
espiritual. Caótico e indescriptible, el universo sumido en dos palabras sumamente poderosas, una
entropía energética sin precedentes que nos arrastra hacia un camino ya estipulado y fuertemente
forjado en nuestra esencia como ser humano. Todos podemos cambiar, claro, pero en nuestro interior
está grabado con fuego el recorrido, todo aquello que debemos experimentar; todo lo que debemos
aprender. Puede sonar desalentador tal vez, que todo ya esté dicho en el vasto universo, sin embargo,
tú, al abrir los ojos cada día, eliges para ti que es lo que deseas que entre en tu mente, se combine con
tus pensamientos e inunde tu percepción. ¿Que sientes cuando vives?, ¿qué sientes cuándo piensas?,
¿estás contribuyendo a que tu realidad se forje sobre un equilibrio interno y externo perceptible y
entendible por tu ser más interno?, ¿te estás encargando de entregar los mensajes correctos al universo
y a ti mismo? Estas respuestas solo dependen de ti, las construyes a cada instante, con cada respiración
y cada palpitar de tu corazón, moldeando los sucesos que acontecerán en tu camino y modificando las
aristas de una vida llena de posibilidades infinitas.
Todos estamos aquí por un motivo, todos debemos aprender y contribuir con algo en esta tierra; no
todos siguen ese camino, claro, no todos respetan los designios energéticos de la existencia, no todos
están dispuestos a moldear su camino en base a si mismos o el resto, todos tenemos las respuestas y
nadie sabe realmente nada. Las posibilidades y las preguntas son infinitas, todo es falso y todo es
verdadero, al mismo tiempo. Los estímulos jamás dejarán de inundar tu mente, los pensamientos se
harán más y más fuertes y todo a lo que no le tomes atención se manifestará de una u otra forma en tu
vida, lo quieras o no. El universo está ahí, es parte de ti, así como tu eres parte de él. No podrás cambiar
nunca ese hecho, acéptalo y vívelo… aprovecha la oportunidad que tienes en tus manos, siéntete
satisfecho con el camino que has recorrido, da lo mejor de ti a cada instante y jamás desfallezcas ante la
dificultad próxima. La mente es nuestra arma más poderosa, artífice de la realidad conocida y
perceptible, utilízala, sin miedo, y alcanza aquellos lugares inimaginables que solo esperas experimentar
en fantasías y vagas posibilidades de una vida esperada y una realidad debilitada por el accionar de una
mente confundida y disminuida por el propio ser. Debes ser consciente de quién eres, llénate de la
energía y da cada paso más seguro que el anterior. Solo depende de ti, la energía jamás ha dejado de
rotar, jamás ha dejado de pasearse entre los cuerpos y la materia, tu eres parte de ella; por eso vive,
consciente, y desarrolla una vida acorde a lo que esperas y buscas para ti y todo lo que te rodea.